El movimiento orgánico requiere ningún esfuerzo. El cuerpo está diseñado para sostenerse a sí mismo de manera perfecta. Todo lo que se tensa y rigidiza es carga extra que la mente almacena en la corporalidad. Al igual que el cuerpo, la vida está diseñada para la continuidad sin esfuerzo. No debería haber esfuerzo por vivir.
“Para conseguir las cosas que uno quiere hay que hacer sacrificios, hay que lucharla, pelearla, aguantar…” en esa creencia la vida y el cuerpo se ven discontinuados. Particularmente estoy cansada de la palabra lucha, ni que hablar de la lucha en sí misma. No me interesa nada que signifique luchar.
Lucha implica confrontación, alguien pierde, alguien queda desahuciado. Hay una batalla y yo no quiero destruir a nadie, menos a mí misma. Prefiero poner mis energías en crear. Creo una nueva manera para hacer lo que quiero hacer, que sea orgánica, sencilla, continuada.
Cuando mi cuerpo está en lucha, me duele, se tensan mis hombros, mis manos, respiro menos, pienso mucho… mi mente se vuelve calculadora, tengo miedo (de perder, obviamente), me siento en riesgo, y cuanto mas.
Cuando suelto la lucha, me organizo, me amplío. Me doy cuenta que soy mucho mas vasta que dos posibilidades: luchar o callar. Y en esa vastedad hay creatividad, mi mente y mi cuerpo se tornan creativos porque sin el deseo de destrucción que implica la lucha, me encauzo con la vida y la vida siempre es continuidad, creación, amplitud.
Es tan difícil encontrar la postura orgánica como quedarse en ella. Apenas la logramos la abandonamos, escapamos como un resorte. Es la postura que mas resistencia nos causa. Que interesante… lo mas simple y natural es lo mas rehuido.
Me doy cuenta cuando entro en una fluidez orgánica porque justamente emerge la resistencia a lo fácil. Empiezo a pensar, paradójicamente, que la cosa no puede ser tan sencilla. Miro alrededor con desconfianza. No me la creo.
Para todos lo que han transitado el proceso de reconciliación con su alma y manifestación multidimensional de los últimos tres años, están entrando ahora en las líneas orgánicas de tiempo en donde todo se acomoda hacia la vida y fluye en continuidad. La vida se sostiene a sí misma a través del cuerpo en completa coherencia con el momento presente. No hay discusión, no hay lucha posible. La comprensión mayor nos permite ver que lo es, es completamente correspondiente.
La única tarea en este momento de transición es mantenerse en coherencia y no permitirse entrar en la lucha. El pequeño ser que viene de nuestra pequeña mente no tiene ninguna tarea en este momento. La entrega hacia la vida es la condición máxima que se nos demanda.
En el inicio del año cósmico, a partir de la coherencia podemos crear con amplitud. Abril será un mes intenso en ese sentido, las energías creativas al servicio de la vida. Crear lo nuevo es la tarea. Para quienes comprenden, será intenso pero sencillo. Para quienes aun no ven, será un poco más caótico ya que a falta de voluntad individual, el universo les cambiará los planes para que se orienten hacia la creación.
La gratitud crea abundancia. La abundancia no es dinero, es tener suficiente de todo de manera continuada y fácil. Gracias. Gracias. Gracias.
Meditación en silencio, conexión con la naturaleza, depuración corporal a través del agua, alimentación y movimiento es importante en estos días. Trabajo interno consistente para la neutralidad emocional y desindentificación. Atención activa sobre la coherencia en lo cotidiano: pensar-manifestar-ser deben ser una unidad. Del 5 al 26 de abril “Amplificación de la elección divina”.
(Gracias Sandra Walter por la info y la inspiración).
Foto: Vilija Vitkutė