Corporeizar el plan | Un relato sobre mi proceso de creación-producción (parte 2).

Este relato comenzó aquí. Y continúa….

Con el plan en el piso, camino sobre cada hito o tarea para sentirlo.

Existe una técnica llamada “testeo muscular” en la que se busca la respuesta del cuerpo sobre distintas posibilidades de la realidad (resumidamente…). El testeo muscular forma parte de muchas terapias y prácticas, pero puede ser usada de manera muy simple para relevar la fortaleza o debilidad con la que responde el cuerpo/ser ante una decisión, opción, posibilidad.

Me detengo sobre cada tarea y dejo que el cuerpo me informe si allí hay fortaleza o debilidad, avance o retroceso, alegría o miedo, claridad o confusión. A eso le llamo corporeizar el plan —en inglés, la palabra que se usa es embody, encarnar.

Hacer cuerpo sería otra forma de expresarlo. La mente no puede detectar las cualidades sensitivas que son exclusivas del cuerpo. La mente les pone nombre y reacciona a ellas, pero el sentir propiamente dicho es corporal.

Desde el cuerpo me doy cuenta qué partes del plan no funcionan, me debilitan o me generan agobio y confusión. Entonces, las cambio, las muevo. La mente se resiste, porque le gusta la perfección del diseño y funciona en una exigencia disociada de lo factible. Lo más difícil de entrenar la sensitividad y percepción es hacerle caso, ignorando las ideas del ego respecto a cómo deberían ser las cosas.

Honestidad con el propio sentir es la clave.

Luego, respetar la información que emerge y entonces, algunas piezas se mueven, cambian de color y comprendo en qué quisiera recibir ayuda y qué queda afuera, a pesar de mi deseo. Increíblemente (llevo años haciendo esto y aun me sorprende), cambios sutiles generan percepciones diferentes.

Un cambio de percepción cambia la realidad. En el proceso, dando tiempo a que sucedan los cambios y los ajustes, hay cosas que se solucionan solas y otras que se hacen más evidentes respecto a cómo gestionarlas o trabajar sobre ellas.

Desde el punto de vista de la somática, la sensación de debilidad o contracción ante una posibilidad a futuro es una respuesta del patrón psicocorporal de la persona que informa riesgo, peligro o falta de confianza, y eso está vinculado con el esquema de supervivencia que cada uno de nosotros tiene armado inconscientemente. Hay futuros que son amenazas porque crean condiciones que el sistema persona-familia-ancestros considera “incorrectos”, por tanto, la persona no tiene las habilidades o recursos para avanzar hacia ello, sino mas bien para esconderse o huir. (Esto también es una explicación resumida que tiene mucho para profundizar).

Aprender y crear recursos somáticos específicos cambia la percepción. Una nueva percepción hacia un futuro que se pueda sostener cambia la realidad.

Es interesante poder diferenciar cuándo es necesario un recurso somático y cuándo hace falta ayuda o colaboración de otras personas. Las primeras se cultivan y practican, las segundas se piden —al universo y a la vida, pero también de manera concreta, hablando con personas y buscando asesoramiento.

Continúo trabajando con el plan, habrá un tercera entrega de mi relato sobre este proceso.