No hay algo distinto a lo que está sucediendo en este aquí ahora. Cuando rechazamos el momento presente y ponemos nuestra vida en pausa para evitarlo, entramos en la fantasía de creer que en algún otro lugar, tiempo y forma, hay algo mejor y quedamos a la espera de que eso llegue… o retorne.
Mientras esperas que “esto” pase y sueñas con volver a lo que eras, recuperar lo que se perdió, tu mente permanece adherida a una realidad que se desarmó como arena entre tus dedos, y que es imposible que se rearme.
No se puede pausar la vida. No se puede volver atrás. La vida continúa, avanza. Seguimos viviendo día tras día, respiración tras respiración, aun cuando nuestra mente se inventa esta fantasía de esperar como sinónimo de no experimentar “esto”. Y es a través de ese sólido rechazo al componente de la realidad que nos incomoda, que nos mantenemos separados de la propia existencia viva de nuestro ser.
Por el contrario, incluir ese componente incómodo, tomarlo amorosamente como parte de una realidad completa, es definitivamente integrador y posibilitador de cambios. Es la mismísima oportunidad de despertar.
En 2020, “esto” que estamos esperando que desaparezca es la pandemia, pero en otros años y momentos de nuestras vidas, “esto” puede ser una situación de salud, un dolor emocional, un duelo, cualquier ruptura en la rutina que nos significa (falsa) sensación de certidumbre.
Y ahí está la clave para comprender: la incertidumbre es ahora mil veces más palpable que meses atrás, y por ello creemos que antes todo era más seguro y predecible. Y eso es una ilusión, una construcción mental. La incertidumbre de la vida siempre es la misma, solo que a veces, nuestros mundos mentales nos llevan a creer que tenemos control sobre lo que sucede.
La realidad es que no sabemos qué va a suceder –ni ahora ni nunca. Tampoco sabemos cuándo “esto” acaba, ni como se resuelve. ¿Cuánto tiempo continuará tu espera a que “esto” pase?
NI UN MOMENTO MÁS, PORQUE ESTO NO PASA, ESTO ES.
Conéctate con tu vida y date cuenta que estás viviendo! Si, un poco o bastante diferente que antes. Distintas rutinas, distintas actividades pero que conforman tu vida. Si, tal vez no te gusta, pero lo que no nos gusta también forma parte de nuestras vidas. Si, probablemente más difícil, pero las dificultades también son parte.
Incluye en vez de rechazar. Incluye lo que “esto” te demanda como una parte más de vivir: lo nuevo, lo que tienes que cambiar, reorganizar y adaptar, lo que tienes que dejar ir. Y una vez que incluyes todo y abrazas tu momento presente completo tal cual es, verás y sentirás que hay energía disponible para crear lo que sea que necesites crear para estar con “esto”, gestionándolo desde la madurez y la ecuanimidad.
No creamos así una nueva normalidad. Creamos una nueva realidad, amplia, completa, sentida… y aquí estamos, VIVAS! VIVOS!