Mi práctica comienza cada mañana con yoga y meditación en el silencio de la casa, antes de que los hijos despierten. En el transcurso del día, intento cultivar un estado de presencia atenta, momento a momento, en las tareas cotidianas, un estado de Mindfulness. Algunos días salgo por la tarde a caminar en la naturaleza, un rato. Intento también hacer pausas, pequeñas, para volver al momento presente e indagar, por ejemplo: está la mente donde está el cuerpo en este momento? Descubro con asombro que esas pequeñas pausas tienen el potencial de hacer una gran diferencia en la manera en que transito los sucesos que se van presentando cada día. Mi práctica es simple y no necesariamente fácil de sostener, por lo que renuevo el compromiso momento a momento. Sigo trabajando y poniendo el corazón en ello.